miércoles, 10 de septiembre de 2008

Efecto Foehn

Pronosticar el tiempo con acierto en lugares como Asturias, donde los accidentes geográficos son una constante, siempre ha sido una tarea muy complicada, de locos, que dirían algunos. Cualquier mínima interferencia atmosférica, por insignificante que ésta parezca, puede dar al traste con las predicciones del meteorólogo más prestigioso.
Un fenómeno que trae de cabeza a los expertos y que ha echado por tierra en multitud de ocasiones los pronósticos es el efecto Foehn, el principal responsable de que en Asturias haga sol cuando se anuncian lluvias.
El efecto Foehn se produce en relieves montañosos, cuando una masa de aire templado y húmedo es forzada a ascender para salvar un obstáculo. En el caso de Asturias, la cordillera Cantábrica. Esto hace que el vapor de agua se enfríe y sufra un proceso de condensación o sublimación inversa precipitándose en forma de lluvia o nieve. Cuando esto ocurre existe un fuerte contraste climático entre las laderas de barlovento, con una gran humedad y lluvias, y las de sotavento, en las que el tiempo está despejado y la temperatura es elevada. Esto está motivado porque el aire seco y cálido desciende rápidamente por la ladera, produciendo una gran presión atmosférica. Este aire cálido se mezcla con las masas de aire frío, elevando su temperatura y disipando temporalmente los frentes nubosos. No es extraño, por tanto, que en ocasiones las previsiones anuncien unas precipitaciones que, debido al efecto Foehn, se retrasan horas o incluso días, en algunos casos.
Iñigo Caballero, director de la Agencia Estatal de Meteorología de Asturias (Aemet), responsabiliza al Foehn de muchos de los «desajustes» meteorológicos que se producen en la cornisa cantábrica, aunque no de todos, ya que en el comportamiento de la atmósfera intervienen otros muchos factores desestabilizadores.
Los frentes de aire cálido procedentes del Sur, según detalla este meteorólogo, circulan por la Meseta aproximadamente a unos 1.000 metros de altitud. Al toparse con la cordillera Cantábrica, las masas de aire se ven obligadas a ascender hasta los 2.000 metros para salvar el pronunciado desnivel existente. En este ascenso, el frente se condensa, convirtiéndose en nubes, y se precipita en forma de lluvia. El resultado es un aire seco que, al descender, eleva su temperatura a razón de 0,5 grados centígrados por cada cien metros. En ese descenso, las masas de aire cálido tienden a buscar la línea recta. De ahí que en muchas ocasiones la mejoría del tiempo se perciba primero en la costa que en el interior, en contra de lo que podría considerarse normal.
Cuando el Foehn remite, los frentes fríos recuperan de nuevo su protagonismo.

Y ahora pregunto yo, ¿esto lo saben todos los meteorologos? deberian avisarlo antes de permitirse el lujo de equivocarse continuamente...





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